Uno de los principales retos de la conducción automatizada es el paso de esta a una completamente manual de forma segura. Y para ello Continental ha desarrollado un sistema que une al conductor con el vehículo, analizando a la propia persona que conduce junto con el entorno donde circula el vehículo.
Así el sistema integra una cámara de tipo infrarrojo en el interior del vehículo y una cámara exterior que monitoriza el entorno. La cámara interna verifica si el conductor esta en condiciones de asumir la tarea de pilotar el vehículo, es decir si está atento y no distraído. Entre las variables analizadas por el sistema, se encuentran la dirección de su mirada o la ubicación de sus manos.
La cámara orientada al exterior recibe el nombre de «Road AND Driver» y se encuentra detrás del parabrisas del vehículo, encima del espejo retrovisor. Dicha cámara tiene una resolución de 8 megapíxeles y abarca hasta 125 grados. Esto ayuda a detectar el trafico cruzado.
Además el sistema cuenta con un software llamado Occupant Safety Monitor, que también se puede utilizar para adaptar los sistemas de seguridad pasivos, como los cinturones de seguridad y los airbags, a la situación detectada por las cámaras. Así el despliegue de los airbags, por ejemplo, puede adaptarse según la posición del ocupante.
Euro NCAP en su hoja de ruta incluye sistemas de conducción automatizada y monitorización del conductor para detectar signos de fatiga o distracciones, señalando su introducción entre los años 2020-2022.