El propietario de un Porsche Carrera GT solicitó a la división de clásicos de Porsche la reconstrucción de su vehículo, pidiendo que le dieran un aspecto especial.
La personalización de esta unidad por parte de Porsche ha sido completa. Porsche desmontó complemente el motor, la transmisión y el chasis para reacondicionarlos. El motor de esta unidad es un V10 que rinde 612cv.
En cuanto a la pintura, el propietario eligió un color con cierta solera, el “Oak Green Metallic”, que fue lanzado por primera vez por Porsche en la década de los ´70, pero que nunca fue una opción para el Carrera GT.
Las llantas del modelo, de 5 radio y fabricadas en magnesio, contaban con detalles en oro y su estado de conservación no era el mejor; la opción para restaurarlas era pulirlas, pero los expertos de Porsche advirtieron que un proceso así podría dañarlas para siempre, por lo que utilizaron un proceso diferente. La idea fue utilizar plata para crear un acabado similar al cromo, el siguiente problema era que la plata se oxida con facilidad en contacto con el agua; por lo que le aplicaron un lacado transparente y se repintaron en color oro. El color oro también fue aplicado en otras zonas del vehículos como las letras de las pinzas de freno, en el vano motor e incluso el volante.
Finalmente los expertos de Porsche recuperaron las piezas de fibra de carbono, ya que este material con el paso del tiempo coge un color amarillento; la única solución es el lijado, lo que les llevó 350 horas de trabajo manual para recuperar su estado.
El resultado es un modelo más exclusivo si cabe todavía y realmente peculiar.