Volkswagen ha desarrollado un nuevo combustible denominado como R33 BlueDiesel junto con la universidad de Corbug y otros socios. Durante 9 meses empleados de Volkswagen probaron este combustible en vehículos de la empresa para comprobar su idoneidad.
En el desarrollo del R33 BlueDiesel también intervienen desde este año Shell en cooperación con Tecosol y Neste, que suministran combustibles certificados según las normas europeas. El R33 BlueDiesel cumple con la norma de diésel DIN EN 590.
Hasta un tercio de este nuevo combustible tiene un origen orgánico y su procedencia no es otro que la fritura de patatas fritas. Los aceites empleados para su elaboración se filtran, se limpian y se procesa en una mezcla de parafina o biodiésel.
Las principales ventajas se centran en que no hay necesidad de transformar las motorizaciones siendo compatibles con las actuales, y que las emisiones de CO2 son menores con respecto al diésel convencional según las mediciones del fabricante alemán.
Tras estos alentadores resultados Volkswagen ha decidido suministrarlo es sus estaciones en Wolfsburg, y también hará otra prueba en la planta de Salzgitter; además Bosch ha decidido unirse al proyecto.
Volkswagen tiene intención de continuar la expansión de este combustible y señala que puede ser de interés para grandes flotas y por otra parte, ayudar en los objetivos de reducción de emisiones.
Con esto queda patente que Volkswagen sigue apostando por el diésel, sin embargo, habrá que ver si un producto como este se populariza, y si realmente aporta beneficios en cuanto a emisiones.