El 28 de septiembre de 1929, el piloto Mario Umberto «Baconìn» Borzacchini, a los mandos de un Maserati Tipo V4, estableció el récord mundial de velocidad en los 10 kilómetros.
El Maserati Tipo V4 debutó el 15 de septiembre de ese año, pilotado por Alfieri Maserati en el Gran Premio de Monza, terminando la carrera en sexto lugar. Dos semanas después, antes de la carrera en el Circuito di Cremona, se organizó el «récord Giornata dei», una prueba tipo contrarreloj de 10 kilómetros. El vehículo competiría en la clase C, de 3.000 a 5.000 cc de cilindrada.
La carrera se llevó a cabo en la antigua carretera estatal “no.10-Padania Inferiore” que recorre en línea recta de este-noreste, la ciudad de Cremona, en un tramo de 17 km. Para conseguir el récord el vehículo debía realizar el recorrido dos veces, una en cada sentido debido al desnivel. Así completó los recorridos en 2 minutos 25 segundos y 2 minutos 27 segundos respectivamente; marcando una media de 2 minutos y 26 segundos y una velocidad media de 246 km/h. Con esta marca se batió el récord del momento, establecido por por Ernest Eldridge en Montlhéry en 1927 con 225,7 km/h de media y un tiempo de 2 minutos y 39 segundos.
El Maserati Tipo V4 incorporaba un motor tipo V colocados en un ángulo de 25º. Con 4.0 litros de cilindrada y 16 cilindros con doble carburador, rendía entre 280 y 305cv. La potencia era desplegada al eje trasero mediante una transmisión de 4 velocidades. Para poder soportar la potencia del motor, el chasis fue especialmente reforzado y el peso del conjunto era de 1.050 kg, bastante elevado.
Durante las pruebas se pudo comprobar que los neumáticos apenas soportaban muchos kilómetros su potencia, como tampoco el equipo de frenado. El Maserati Tipo V4 es uno de esos vehículos que impresionan por como aquellos locos de la velocidad, ponían el riesgo su integridad con vehículos demasiados potentes para la tecnología y vías del momento.