Hace 25 años Mercedes-Benz estaba en plena revolución de su gama. Después de lanzar un roadster como el SLK (R170) presentado en abril de 1996. Le tocó el turno a un coupé, el CLK (C208). El cual fue mostrado al público en el Salón de Detroit, llegando al mercado en enero de 1997. Mientras que en 1998 se lanzó el CLK descapotable (A208).
La historia pública del CLK comenzó en marzo de 1993. Todo arranca con un prototipo que fue mostrado en el Salón del Automóvil de Ginebra. Era un elegante coupé de cuatro plazas, con un frontal con cuatro faros elípticos, dos grandes en el exterior y dos más pequeños en el interior, flanqueados por el guardabarros. La parte trasera tenía un diseño tipo «fastback» con un gran portón trasero de vidrio.
El diseño fue obra de Peter Pfeiffer junto con el jefe de diseño de la marca, Bruno Sacco. Este prototipo no era solamente el de un futuro modelo coupé de Mercedes-Benz, sino que se trataba de una muestra de lo que serían sus futuros modelos. Así en 1995, el Clase E W210 entró en producción con un frontal con cuatro faros elípticos y unas líneas similares.
Técnicamente, el CLK se basó en el Clase C W202, lanzado tres años antes. Sin embargo, el equipamiento era bastante superior al de la berlina. Incluían el control de tracción (ASR), volante de cuero, apertura remota del portón del maletero, vidrio aislante térmico y asientos traseros plegables divididos asimétricamente, entre otros.
La gama de motores se basó en los bloques M111 E20 y E23, ambos de cuatro cilindros en línea; M112 E32, de 6 cilindros en V, y los más potentes en el M113 E55, de ocho cilindros en V. El motor de acceso, inicialmente arrancaba con el CLK200, de 4 cilindros con 136cv, con cambio manual o automático de 5 velocidades. Esta motorización estuvo disponible hasta el 2000. La gama continuaba con la versión más pequeña del bloque M111, con dos litros de cubicaje y una potencia de 163 cv, la cual gracias al restyling del año 2000 mejoró sus prestaciones incorporando una gestión electrónica más avanzada y el cambio manual de 6 velocidades.
La motorización media fue el CLK 230 Kompressor, basada también en el bloque M111 pero con 2,3 litros de cubicaje. Inicialmente rendía 193cv para después rendir 197cv en el año 2000 con la actualización, incorporando también el cambio manual de 6 velocidades. La gama de motores continuaba con el CLK 320, basada en el bloque M112 de 3,2 litros. Un V6 que se mantuvo en producción durante toda la vida del modelo, que rendía 218cv vinculado a un cambio automático de 5 velocidades como única opción. En la cúspide de las motorizaciones estaba el bloque V8 M113 E55, con las versiones 430 y 55 AMG, que ofrecían 279cv y 347cv respectivamente.
Un total de 233.367 unidades se produjeron en la planta de Bremen en los cinco años que estuvo en fabricación. El modelo más fabricado fue curiosamente el intermedio, el CLK 320 con 68.778 unidades. En mayo de 2002 finalizó su producción y su sucesor fue el CLK de la serie 209. Pero esa ya es otra historia.