Parece que fue ayer cuando Ford nos presentó la primera generación de este modelo, pero la verdad es que desde 2007 han pasado ya más de 10 años. En 2013 apareció la segunda generación del Kuga, que ha vuelto a ser renovada en el año 2017 para adaptarse a las exigencias del mercado.
Para mantenerse al día en este mercado tan competitivo, Ford ha querido renovar el Kuga siguiendo el estilo de su SUV más grande, el Edge, y haciendo notar los aires de familia con el resto de la gama.
El nuevo Kuga mide 4,54 metros de largo, 1,85 metros de ancho y 1,70 metros de alto, teniendo una distancia entre ejes de 2,69 metros. Tiene un tamaño estándar entre los SUVs que compiten en este segmento. La plataforma que utiliza Ford para este coche es la misma que la del Focus, dotando al Kuga de mucha agilidad aunque se trate de un vehículo pesado, que en configuración 2.0 TDCI 180CV 4×4 llega a pesar 1700Kg.
La renovación al SUV compacto de la firma del óvalo le ha sentado realmente bien, pero no hay que olvidar que se trata de una simple modernización del coche, y compite directamente con SUVs recientemente renovados por completo como el Ateca, el 3008, o el Tiguan.
De entre todos los acabados con los que cuenta el crossover de Ford, el que hemos probado nosotros es el ST-Line: el acabado deportivo. Entre otras cosas, destaca por tener una parrilla en negro brillante, unas llantas específicas bicolor de 18 pulgadas, faldones diferentes y un parachoques trasero exclusivo. Todos estos detalles le hacen tener un aspecto más moderno y juvenil.
El coche se puede elegir con otros acabados: Trend, Trend+, Titanium y Vignale, ordenándolos del más bajo al más alto. Este último está centrado puramente en la comodidad y el lujo, pues está dotado de salpicadero y puertas en cuero y unos asientos especiales más confortables. En el exterior también se diferencia de los demás acabados por su parrilla especial.
El Kuga equipa tanto motorizaciones de gasolina como diésel, tenemos únicamente tres motores pero con diferentes potencias, tracciones y cajas de cambio. El 1.5 ecoboost, que proporciona 120CV, 150CV y 180CV. Por otro lado, en diésel, contamos con el 1.5 TDCI de 120CV que puede ser tanto manual como automático PowerShift (doble embrague), pero siempre de tracción delantera, y el 2.0 TDCI de 150CV y 180CV, este último siempre asociado a tracción total, siendo opcional en el 150, como la transmisión automática.
Nuestra unidad de pruebas cuenta con el conocido motor 2.0 TDCI de 150CV (110kW) a 3500 rpm, proporcionando un par motor de 370Nm entre 2000 y 2500 vueltas. Tiene unas cifras poco llamativas, acelera de 0 a 100 en 10,1 segundos y llega a una velocidad máxima de 194 km por hora. En la práctica, es un motor que permite llevar al Kuga de una forma alegre pero no maravillosa. Debido al gran peso, que en nuestra unidad es de 1614Kg, se agradecería un motor mayor, aunque sin duda es suficiente para el día a día.
Comportamiento
Como ya hemos comentado, el Kuga está basado en la plataforma que utiliza el Ford Focus. Gracias a ello, tiene un comportamiento dinámico realmente envidiable. Se puede conducir de una manera ágil y precisa, algo que es bastante difícil de conseguir en un todoterreno con esta altura al suelo. La dirección no es todo lo precisa y firme que nos gustaría, pero busca conseguir también la comodidad en la conducción: basta con acostumbrarse. El coche no puede esconder su mecánica diésel y se escucha perfectamente en el habitáculo, aunque las vibraciones al ralentí no son excesivas. Sin duda, la versión de gasolina será más agradable de conducir, aunque el consumo seguramente sea mayor. Nuestra unidad gastó unos 6.5 litros de media, siendo conducido sin preocupaciones ni miramientos, tanto por ciudad como por vías interurbanas.
Interior
Nada más abrir la puerta del Kuga, nos encontramos con prácticamente el mismo interior que tenía antes de este lavado de cara. Quizás sea la parte del coche que menos haya cambiado. Tanto el Kuga de primera generación como este, utilizan exactamente el mismo interior que el monovolumen de la marca, el C-Max (en sus dos generaciones respectivamente). A día de hoy, solamente el Focus y el Kuga mantienen este interior, que ya ha sido puesto al día en otros coches de la firma americana.
El principal y único cambio importante con respecto al modelo anterior a la revisión, es la pantalla de 8 pulgadas que incorpora de serie desde el acabado Trend+ con navegador, e incluye CarPlay y Android Auto. El sistema es bastante intuitivo y cómodo de manejar, se muestra muchísimo más rápido que la versión anterior de SYNC. Se pueden cambiar diferentes opciones del coche, incluido el color de las luces del interior (si lleva la opción, 100€). Opcionalmente podemos elegir la radio Sony con 9 altavoces, o bien la opción premium de Sony que incluye un subwoofer.
Nuestro Kuga al ser acabado ST-Line, tiene freno de mano eléctrico (también incluido desde el Trend+), lo que deja un buen hueco porta objetos en la consola. En concreto, dos posavasos y un pequeño sitio para dejar el teléfono o la cartera. Nuestra unidad contaba con paquete fumador, que incluye un cenicero en forma de vaso (va colocado en el posavasos) y un encendedor en la toma de 12V. En este nivel de acabados también se incluyen unos asientos de cuero parcial con alcántara, realmente cómodos en las plazas delanteras. Pagando una opción con un sobrecoste de 200€, el asiento del conductor es de movimiento eléctrico, no siendo posible añadirlo también en el asiento del acompañante. El hueco que hay debajo del apoyabrazos es muy hondo, aunque no está forrado y puede que los objetos que dejemos dentro bailen.
Los acabados y ajustes del coche son correctos, no destaca con respecto a la competencia en este sentido. Ningún hueco porta objetos ni ningún pilar están forrados, solo plástico. Las luces interiores son de LED, aunque mezclan alguna bombilla halógena en los parasoles, por ejemplo, o en los retrovisores.
La habitabilidad de las plazas traseras no es tan buena como lo son las delanteras, pero dos personas viajarán bastante cómodas. La banqueta es de un tamaño agradecido y los asientos son regulables en inclinación, siendo la distribución de plegado 60-40. En el reposabrazos trasero nos encontramos con dos posavasos muy útiles.
El maletero tiene una capacidad de 456 litros muy bien aprovechables, pues tiene una gran boca de carga. Si plegamos los asientos traseros, se nos queda con una capacidad total de 1603 litros, aunque el suelo no queda todo a la misma altura como nos gustaría. El portón puede ser eléctrico con manos libres opcionalmente, costando esta opción 600€ (además del arranque sin llave, 300€).
El Ford Kuga ST-Line con el motor 2.0 TDCI de 150CV con cambio manual de 6 velocidades y tracción delantera cuesta 32.850€ sin descuentos. Nuestra unidad equipaba como extras el asiento eléctrico del conductor, cámara de visión trasera, apertura y arranque sin llave, luz interior ambiental, control de crucero adaptativo, paquete fumador, paquete ST-Line (que incluye faros bixenon direccionales, un spoiler diferente y cristales oscurecidos traseros) y el paquete familiar (cierre eléctrico de seguridad para niños y enchufe de 230V en la consola central trasera) y tiene un coste total de 35.320€.
En nuestra opinión, la puesta al día del Kuga nos ha parecido acertada, aunque las novedades son muy escasas, sobre todo en el interior. Quizás fuese necesario una gama más amplia de motores, aunque para su uso en carretera o ciudad, que son los puntos fuertes de este coche, tampoco es imprescindible.