El medio alemán kfz-betrieb publica una información sobre un problema en las motorizaciones diésel de Volvo que en el peor de los casos puede acabar en incendio.
El problema se encontraría en el colector de admisión, el cual se encuentra fabricado en un material plástico, que con el calor producido durante el funcionamiento, se calentaría en exceso pudiendo deformarse. Los síntomas de este problema son el encendido del testigo de fallo motor, reducción de las prestaciones y en el peor de lo casos puede acabar en un incendio de la motorización. La lista de modelos afectados incluye prácticamente toda su gama diésel entre los años 2013-2018, excepto el XC40.
Volvo ha anunciado que llamará a revisión durante este año a los modelos afectados y la solución será diferente según el modelo y motorización, si bien, se tratará de una actualización del software de la unidad de control del motor, para que mejore la refrigeración de la recirculación de los gases de escape y reducir el hollín generado.
La incidencia ha recibido por el fabricante el código 29939 y los modelos afectados son los siguientes:
-S90, modelo 2017-2018 (fabricados entre los años 2016-2017)
-V90, modelo 2017-2018 (fabricados entre los años 2016-2017)
-V90 Cross Country, modelo 2017-2019 (fabricados entre los años 2016-2018)
-XC90, modelo 2016-2018 (fabricados entre los años 2015-2017)
-S80, modelo 2014-2016 (fabricados entre los años 2013-2015)
-V70, modelo 2014-2016 (fabricados entre los años año 2013-2015)
-XC70, modelo 2014-2016 (fabricados entre los años 2013-2015)
-XC60, modelo 2014-2017 (fabricados entre los años 2013-2016)
-S60, modelo 2014-2018 (fabricados entre los año 2013-2017)
-S60 Cross Country, modelo 2016-2017 (fabricados entre los años 2015-2016)
-V60, modelo 2014-2018 (fabricados entre los años 2013-2017)
-V60 Cross Country, modelo 2016-2017 (fabricados entre los años 2015-2016)
-V40, modelo 2015-2019 (fabricados entre los años 2014-2018)
-V40 Cross Country, modelo 2015-2019 (fabricados entre los años 2014-2018)
Por su parte el servicio de alertas de la Comisión Europea ha comunicado la incidencia, señalando que el fallo técnico consiste en que «En determinadas condiciones de conducción, el circuito de refrigeración del EGR no puede ser suficientemente sólido» y que como consecuencia de esto «puede generarse una cantidad inesperada de hollín, lo que aumenta el riesgo de incendio en el compartimento del motor».
Fuente: kfz-betrieb y Comisión Europea