El nuevo Ford Mustang utiliza el fluido magnetoreológico (MRF) en los amortiguadores de la suspensión MagneRide para buscar que el coche ofrezca una conducción lo más suave posible al conductor. Los sensores registran las condiciones en carretera y los electroimanes controlan las partículas de hierro suspendidas en aceite dentro de los amortiguadores.
El campo magnético se ajusta automáticamente 1.000 veces por segundo para alinear las partículas en cada uno de los amortiguadores, para que sean más firmes en giros bruscos o más suaves para permitir un desplazamiento más cómodo. Esta tecnología es la que ayuda a los atletas con discapacidades a mantener el equilibrio cuando se deslizan sobre una tabla de snowboard o unos esquís. Y ahora se está utilizando en el nuevo Ford Mustang para ofrecer una experiencia de conducción mejorada. Esta es una de las innovaciones del renovado Ford Mustang, además de lanzar una edición especial homenaje denominada Bullitt.
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