Las luces automáticas son un equipamiento de seguridad y confort que cada día es más popular en los vehículos actuales. Su misión es sencilla: durante la conducción ayudan a utilizar el alumbrado adecuado sin intervención del conductor, de forma automática.
Estos sistemas varían según el modelo y el fabricante, siendo capaces de actuar sobre las luces de cruce, de carretera, o incluso tienen funciones adaptativas para limitar el deslumbramiento de otros conductores, y para su funcionamiento utilizan sensores y cámaras.
Pero como titula el artículo, ¿realmente el funcionamiento automático aporta seguridad? A priori serían todo ventajas pero hay ciertos matices. Quizás lo que muchos conductores no saben es que estos sistemas no son infalibles y los propios fabricantes en sus manuales señalan como pueden verse afectados. Por una parte, los sistemas adaptativos se ven afectados por la suciedad exterior del propio vehículo, por la iluminación de otros usuarios de la vía o por elementos reflectantes. En estos casos, podríamos causar justamente lo que se pretende paliar, el deslumbramiento de otros conductores.
Quizás son las condiciones climatológicas extremas, las que más afecten a su funcionamiento. Y es que precisamente en invierno, es cuando más atento tiene que estar un conductor a como afectan las inclemencias a la conducción.
La lluvia intensa o extrema como la nieve, son condiciones que afectan a estos sistemas; pero quizás la condición que más afecta es la niebla. La condiciones de luminosidad de día en niebla pueden causar que el sistema no active las luces de cruce manteniendo únicamente las diurnas. Pero lo más importante es que estos sistemas no activan las luces antiniebla delanteras ni traseras. Las primeras nos ayudan a nuestra visibilidad, pero como las traseras también nos hace visibles. Hay que recordar que las luces antiniebla traseras son obligatorias en condiciones de lluvia o niebla intensa.
En definitiva, conocer las limitaciones o posibles elementos que causan el deficiente funcionamiento de los sistemas de luces automáticas es una tarea exclusiva del conductor. Por lo que es vital comprobar las instrucciones que figuran en el manual del vehículo. Aunque sistemas como estos mejoran la seguridad en condiciones meteorológicas estables, es recomendable ante situaciones climatológicas extremas que el conductor tome el control del alumbrado del automóvil.