85 años han pasado desde que BMW presentara su primer roadster al público, el 315/1.
Fue presentado en el Salón del Automóvil de Berlín de 1934, se trataba de un prototipo de descapotable biplaza con una línea deportiva. En el verano de dicho año se inició su venta por 5.200 reichsmarks.
La líneas de diseño eran estilizadas, la parte delantera dibujaba un radiador más inclinado que los BMW de la época, los pasos de rueda delanteros se proyectaban hacia atrás uniéndose con los traseros y la capota era de las llamadas de “emergencia”.
El diseño aerodinámico de este modelo se apreciaba en elementos como el parabrisas bajo, las ruedas traseras cubiertas o en el diseño de la parte trasera.
Su carrocería reposaba sobre una doble estructura de tubo de acero soldada eléctricamente con tres elementos transversales. La suspensión delantera estaba formada por muelle en la parte superior, triángulos inferiores y amortiguadores hidráulicos de palanca. Las ruedas traseras estaban montadas en un eje rígido con ballestas y amortiguadores también de palanca.
El motor elegido para mover a este biplaza, fue un 6 cilindros con 1.5 de cilindrada, derivado del 1.2 que montaba el BMW 303. Este motor rendía 40cv, 6 más que el motor del que derivaba; los ingenieros calcularon su consumo en 10-12 litros de carburante cada 100 km y la velocidad punta era de 120 km/h.
Una característica de esta motorización, y que es poco habitual hoy día, era que tenía diferentes distancias entre cilindros; el segundo y tercero y el cuarto y quinto estaban más separados, para alojar los cojinetes del cigüeñal y del árbol de levas. Así el cigüeñal, que no tenía ningún contrapeso, giraba sobre cuatro cojinetes, igual que lo hacía el árbol de levas.
La razón de este diseño y configuración particular se debía al proceso de montaje de la época, en el que el cigüeñal estaba previamente montado junto con las bielas y pistones. Así, los pistones debían montarse desde abajo y los cojinetes principales del cigüeñal no podían sobresalir del espacio entre los cilindros. Por ello, los cojinetes principales tenían que ubicarse entre ciertos cilindros, que debían mantener entre sí una distancia relativamente grande.
El modelo fue utilizado para las competiciones de la época, alzándose con la victoria en el Rally Alpino Internacional de 1934. Y de los desafíos en la competición nació una versión más potente a finales de 1934, el 319/1, equipada un motor 1.9 de cilindrada y rendía 55cv; pero esa es otra historia.