El Mercedes GLK 220 CDI (2012-2015) en el punto de mira por emisiones
Durante el verano pasado saltó la noticia en medios alemanes que Mercedes también podría estar afectada por un fraude en las emisiones de vehículos diésel.
Ahora al parecer habría una nueva sospecha sobre los Mercedes GLK 220 CDI fabricados entre 2012 y 2015, cifrada en unas sesenta mil unidades. Al parecer el organismo regulador alemán, KBA, habría abierto un procedimiento por un “dispositivo no admisible”.
El motor que esta en el punto de mira desde el año pasado en el OM 651, recientemente sustituido por el OM 654. Al parecer el problema vuelve a ser el mismo que con otros casos similares al “diéselgate”, el software. Según informa «Bild am Sonntag» el software del motor activaría un control de temperatura especial, que mantendría el circuito de refrigeración artificialmente más frío y retrasa el calentamiento del aceite del motor. El resultado obtenido serían unos niveles de óxido de nitrógeno en el banco de pruebas, por debajo del límite de 180 miligramos por kilómetro; con lo que superaría los requisitos del anterior ciclo NEDC.
Un portavoz de Mercedes confirmó que existe tal investigación de la KBA y que llevan meses cooperando pero que todavía no hay un dictamen. Tampoco Mercedes estaría de acuerdo con las informaciones del medio alemán de que estaban introduciendo silenciosamente una actualización de software, y que todos los cambios se deben a unas medidas ya anunciadas por Mercedes para reducir emisiones de sus vehículos diésel de forma voluntaria.
Mercedes comenzó en septiembre de 2018 con las actualizaciones de software para sus vehículos con el fin de reducir los niveles de emisiones. Anteriormente, la KBA había ordenado una llamada a revisión de unas 700 000 unidades con motorización diésel debido a un dispositivo ilegal sobre el tratamiento de gases de escape. Por lo que habría dos “revisiones”, una voluntaria del fabricante y otra obligada por la autoridad alemana.
Fuente: Handelsblatt