25 años de un “roadster”: Mercedes-Benz SLK
Corría el año 1996 cuando Mercedes mostró al público el Mercedes-Benz SLK. Era su última creación del concepto de biplaza de pequeñas dimensiones; con una carrocería coupé descapotable, contaba con motor delantero longitudinal y para el gusto de los más puristas, con tracción trasera.
Esta primera generación, denominada como R170 resultó un éxito de ventas con más de 300.000 unidades vendidas; dando paso a dos generaciones más, las R171 y R172, siendo el SLC el último de esta estirpe de “roadster” a la antigua usanza en el fabricante alemán.
El R170 recibió su nombre durante la fase de diseño, cuando los ingenieros se refirieron a él como el «SL kurz» (compacto en alemán) en un homenaje al icónico Mercedes-Benz SL. El R170 tenían una longitud de carrocería de 3.995 milímetros y era alrededor de 500 milímetros más corta que los SL de la serie R129.
La versión de producción del SLK se presentó en el Salón Internacional del Automóvil de Turín el 22 de abril de 1996. El proyecto se remontaba en los trabajos del diseñador Michael Mauer, presentados en el mismo lugar en abril de 1994. Este prototipo inicial, mostraba ya una de sus características más notables, el techo duro plegable eléctrico. Posteriormente, en otoño de 1994, se presentó un segundo prototipo, donde destacaba el diseño interior, muy colorido.
El techo de acero plegable del SLK, una de sus principales características, era una alternativa al techo de lona clásico visto en otros “roadster” compactos. La idea no era completamente nueva, pero los pocos diseños anteriores implicaban que todo el techo se bajara al maletero, lo que restaba mucho espacio en el mismo.
La idea aplicada en el SLK, llamada Vario Roof, nacía de la colaboración de Mercedes-Benz con su vecina, también afincada en Stuttgart, Porsche. Los ingenieros de ambas marcas diseñaron el concepto del «truco de la torcedura». Este concepto ideaba que el techo de acero y los paneles de cristal se doblaran hacia atrás debajo de la tapa del maletero, que se abría en el sentido de la marcha. Esto significaba que la parte trasera de la carrocería podía mantenerse corta; e incluso cuando el techo estaba abierto, todavía quedaba espacio para equipaje en el maletero.
Un sistema electrohidráulico accionaba el proceso de apertura y cierre con la ayuda de cinco cilindros hidráulicos. El procedimiento de apertura y cierre del techo se completaba en 25 segundos, una cifra destacable. Si bien este proceso tan solo se podía hacer con el coche parado.
Como se trataba de un elemento esencial de este modelo, antes del inicio de la producción en serie, 30 prototipos fueron sometidos a pruebas de apertura y cierre. Completando 20.000 veces cada uno el proceso de apertura y cierre. El objetivo de Mercedes-Benz es que el sistema no fallara en 10 años con un uso de abrir y cerrar el techo de 6 veces al día.
Para aumentar la seguridad, al tratarse de un vehículo descapotado, fue equipado con dos barras antivuelco para proteger a los ocupantes en caso de vuelco. Además, los pilares A fueron reforzados con tubos; y también, el SLK estaba equipado con airbags, tensores de cinturón y limitadores de fuerza de cinturón de serie.
Inicialmente, el SLK se ofrecía con el motor M111 de 2.0 y 2.3 litros de cilindrada con versiones tanto atmosféricas como sobrealimentadas. El SLK 200 atmosférico desarrollaba 136cv, mientras que el 200 Kompressor elevaba la potencia hasta los 163cv gracias a un compresor volumétrico de doble tornillo, ofreciendo un tacto más propio de un motor de aspiración natural y manteniendo los consumos dentro de lo razonable. El tope de gama era el SLK 230 Kompressor con 193cv.
Con el restyling lanzado en marzo del año 2000, se actualizó la gama de motores. Se prescindió del SLK 200 de 136cv, se mantuvo el SLK 200 Kompressor de 163cv, el SLK 230 Kompressor aumentaba su potencia hasta los 197cv gracias a una nueva gestión electrónica.
Y como nuevo tope de gama se añadía el conocido motor M112 de 6 cilindros en V y 3,2 litros, dando lugar al SLK 320 de 218cv. Posteriormente, y añadiendo un compresor al motor M112 como ocurría en los Clase C, nacía el SLK 32 AMG, con de 354cv de potencia, siendo esta la versión más radical.
El SLK se ofrecía tanto con cajas de cambio manuales, de 5 velocidades antes del año 2000 y de 6 marchas a partir de dicha fecha; o con transmisión automática de convertidor de par de 5 relaciones que, sin ser un prodigio de la rapidez. Se trataba de una caja de cambios fiable y probada. Tanto es así que se siguió utilizando hasta bien entrada la década de 2010 en los modelos de la marca equipados con motor V12, gracias a la gran capacidad de absorción de par motor que ofrecía.
Bajo la línea afilada, de largo morro y trasera corta, nos encontramos la plataforma de un viejo conocido, el Mercedes Clase C W202. Es por eso que la gama mecánica estaba basada en la de la berlina corta de la marca de Stuttgart. Si bien el esquema de suspensión trasera del SLK se tomaba prestado del Clase E W210, equipando suspensión multibrazo y un tarado de amortiguación más duro. Aportando al conjunto un extra de deportividad pero manteniendo un buen compromiso con la comodidad, pudiendo realizar viajes largos con él sin suponer esto ningún tipo de problema.