80 años de seguridad pasiva en Mercedes-Benz
La historia de desarrollo de automóviles de Mercedes-Benz ha estado marcada por numerosos inventos o sistemas para la conducción pero también en cuestiones de seguridad. Desde hace 80 años, Mercedes ha desarrollado algunos sistemas de seguridad pasiva como la carrocería mejorada o los “crash-test” en 1959, el análisis de accidentes reales en 1969 o las barras antivuelco automáticas en 1989.
En 1939 el fabricante constituyó un departamento de seguridad y puso al mando del mismo al ingeniero Béla Barényi. Este registró alrededor de 2.500 patentes entre 1939 y 1972, la mayoría de las cuales están relacionadas con la seguridad de los vehículos. En reconocimiento a su trabajo, fue admitido en el Automotive Hall of Fame (AHOF) en Dearborn, Michigan (EE. UU.)
Uno de los primeros de desarrollos de este ingeniero vio la luz en 1949, se trataba de la cerradura de seguridad con un pasador cónico. La mejora de este sistema derivó en la cerradura en cuña de doble pestillo. En caso de accidente este tipo de cerraduras mantenían el vehículo cerrado, lo que generaba una mayor seguridad al habitáculo; en 1958 fue patentado su diseño y también en ese mismo año la marca introdujo los cinturones de seguridad delanteros.
Mercedes inició las investigaciones en “crash-test” el 10 de septiembre de 1959 en la planta de Sindelfingen; aunque en 1956 ya había comenzado a desarrollar componentes pensando en la seguridad en accidentes.
El Mercedes W111 lanzado en 1959 incluyó elementos de seguridad pasiva, como las denominadas zonas deformables delantera y trasera en caso de accidente, de tal forma que minimizaba los daños a sus ocupantes. En el interior del vehículo se redujeron el número de piezas que tenían elementos afilados o duros. La mencionada cerradura de cuña doble fue incluida por primera vez en este modelo.
El airbag fue un desarrollo que arrancó en 1966, patentando su diseño en 1971, e incorporándolo de serie en la Clase S de la serie 126 en 1981. El sistema funcionaba en unión con los tensores del cinturón de seguridad para ofrecer una respuesta combinada.
Otro de los hitos en seguridad pasiva, fueron las barras antivuelco automáticas en 1989 en el SL R129. Estas estaban fabricadas en acero de alta resistencia, cuando los sensores detectaban riesgo de vuelco, las barras se expandían y se fijaban en 0,3 segundos. Este modelo incluyó además los cinturones de seguridad y tensores integrados en el asiento, con el objetivo de fijar a los ocupantes en el vehículo.
Todos estos desarrollos a día de hoy nos parecen normales e incluso son obligatorios en los modelos actuales, pero la historia del automóvil es también una lucha por el desarrollo de vehículos seguros y paliar, gracias a la técnica, las desagradables consecuencias de los accidentes de tráfico.