Cuando Porsche desarrolló y produjo el Mercedes-Benz 500 E
En 1988 Porsche se adjudicó un contrato de desarrollo y producción de Mercedes-Benz del qué sería el 500 E.
Los requisitos exigidos por Mercedes para el diseño y su desarrollo experimental tomaban como base la serie W124. El vehículo iba a estar equipado con el motor de cuatro válvulas en disposición V8 y una cilindrada de cinco litros tomado prestado del 500 SL.
¿Pero por qué Mercedes confió en un fabricante “rival”? La cadena de montaje de los W124 llevaba en marcha desde 1984; pero esta era demasiado estrecha y modificarla suponían un coste muy elevado por una serie especial con pocas unidades previstas.
Porsche en cambio, se encontraba pasando apuros económicos y el proyecto podría suponer una inyección en capital. Además, ambos fabricantes compartirían su experiencia en el desarrollo de vehículos de altas prestaciones.
Mercedes quería que el 500 E se viera como un W124 más o menos normal a primera vista, y al mismo tiempo se viera que era un vehículo prestacional. Porsche designó el trabajo como «Proyecto 2758». El diseño final era 56 milímetros más ancho que el vehículo base y 23 mm más bajo.
Fue presentado en el Salón del Automóvil de París en 1990 y el 500 E salió a la venta en la primavera de 1991. Para celebrar el 30 cumpleaños de su lanzamiento, el Museo Porsche envió a dos de los miembros del equipo involucrado en su creación en un viaje para relatar su desarrollo (vídeos más abajo).
El procedimiento de fabricación tenía cierta complicación. Mercedes entregaba las carrocerías y componentes desde las plantas de Sindelfingen a la de Porsche en Zuffenhausen. Porsche ensamblaba el vehículo y de nuevo volvían a Sindelfingen para darles la capa de pintura. El proceso de producción de cada 500 E se completaba en 18 días. Como curiosidad las primeras 14 unidades fueron montadas a mano.
La motorización del 500 E era una 5.0 V8 atmosférica que rendía 326cv, generaba un par de 480 Nm; acelerando en el 0-100 km/h en 6,1 segundos y la velocidad máxima era de 250 km/h. Mágica cifra limitada, que quitando el limitador, se acercaba a los 300 km/h.
Hasta abril de 1995 se produjeron 10.479 unidades y en el momento de su lanzamiento el Mercedes 500 E costaba casi 150.000 marcos alemanes, nada económico para la época.
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