Normativas de emisiones, ciclo de homologación… ¿qué es todo esto? ¿cómo nos afecta?
Muchos compradores de un vehículo nuevo se hacen estas pregunta a la hora de elegir su automóvil ideal y más, cuando en las noticias aparecen titulares de restricciones, impuestos, prohibiciones de circulación, un galimatías de conceptos que atemoriza a los compradores.
La normativa de emisiones europea sobre gases contaminantes de la Unión Europea estipula los límites de emisiones de gases de los vehículos, en concreto miden óxidos de nitrógeno (NOX), Hidrocarburos (HC), Monóxido de carbono (CO) y partículas. Las normas se denominan con el nombre de Euro y una numeración correlativa, la primera la Euro 1 data de 1992. Actualmente nos encontramos en la Euro 6, con ligeras modificaciones que os intentamos explicar.
Quizás hayas oído o leído en ADM que el 1 de septiembre de 2018 es la fecha límite que tienen los fabricantes para dar salida a su stock de vehículos que no cumplirán con la norma Euro 6c y el ciclo de homologación WLTP y RDE. La norma Euro 6c es más severa que la anterior Euro 6b y viene de la mano de un ciclo de homologación más real. Antes los factores de contaminación, autonomía y consumo de los vehículos se medían bajo el NEDC (New European Driving Cycle) que databa del 1973 y que eran básicamente pruebas de laboratorio que imitaba la realidad de la carretera. Este sistema se ha comprobado ineficaz, pues los fabricantes diseñaban los vehículos más pensando en superar la prueba que la realidad, ¿a quién no le ha pasado leer que su coche homologa 4,5 litros a los 100 kms y no haberlo visto nunca en la realidad?
Pues para evitar esto llega una nueva norma de homologación llamada WLTP (Worldwide Harmonized Light Vehicles Test Procedures), que además tiene carácter mundial y que incluye un complemento, otro test en condiciones reales llamado RDE (Real Driving Emissions). La nueva normativa Euro 6c afecta en gran medida a la emisión de partículas y por ello, muchos fabricantes están adoptando para superar esta normativa filtros antipartículas, no solo en vehículos diésel (DPF o FAP) que se empezaron a introducir con la normativa Euro 5, sino que ahora también se incluyen en los vehículos de gasolina y muchos han aprovechado para “retocar” más sus motorizaciones diésel y gasolina para optimizarlos en emisiones contaminantes. En este sentido en las motorizaciones diésel muchos fabricantes han añadido el catalizador SCR que funciona mediante Adblue. Ante esta situación muchos modelos se han quedado fuera de la norma, ya que a los fabricantes no les interesa mantener esas motorizaciones o bien los costes de adaptarla no les compensan. Por eso hay un stock de vehículos que tendrán que darles salida de alguna forma como os hemos contado.
Ahora bien, ¿y cómo nos afecta todo esto?, estamos pensando en los distintivos medioambientales que la DGT sacó para clasificar los vehículos en función del impacto de sus emisiones. Pues bien, a día de hoy, cualquier turismo que se comercializa nuevo en España cumple con la normativa Euro6, por tanto llevarían una pegatina C, no siendo relevante que sean gasolina o diésel. Si hubiera restricciones basadas en este sistema, ambos tipos de vehículos están en la misma clasificación, por lo que en principio, podemos estar tranquilos a la hora de adquirir un vehículo diésel actual; del futuro no nos atrevemos a especular.
Otro aspecto que puede afectar la entrada de la nueva normativa es en el precio final del vehículo adquirido nuevo. Y el motivo es sencillo, la mayor exactitud en la medición de las emisiones. Algunos modelos saltarán de tramo del impuesto de matriculación encareciendo el producto final.
Para terminar, hay una modificación más de la norma Euro 6, se llama Euro 6d temp, y que quizás también hayas oído hablar. Esta norma es más severa en cuanto a la relación entre el WLTP y el RDE, además de reducir aún más el número de partículas emitidas Entrará en vigor para los vehículos nuevos el 1 de enero de 2020 y muchos fabricantes ya comercializan modelos que superan esta nueva norma tanto en diésel como en gasolina, por lo que es un motivo más para estar tranquilo si se elige una motorización que supera esta homologación.